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  • Boletín #01

    FECHAS IMPORTANTES:

    Lunes, 4 de noviembre de 2024

    Motivo: Sexagésimo Aniversario de la Diócesis de Caguas

    Sábado, 9 de noviembre de 2024

    Motivo: Jubileo – Convocatoria al Santo Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Caguas

    Hora: 12:00 p.m. a 6:30 p.m. / Eucaristía a las 4:00 p.m.

    Lugar: Coliseo Roger Mendoza en el Complejo Deportivo de Caguas

    Jubileo Diocesano

    CONVOCATORIA JUBILEO DIOCESANO

    La Iglesia Diocesana de Caguas celebrará con gran júbilo su sexagésimo aniversario de fundación con el lema: 60 años caminando juntos en la fe, la esperanza y la caridad. Este encuentro será propicio para dar gracias a Dios por la Identidad, la Ministerialidad, el Profetismo, la Sinodalidad y la Misionariedad de nuestra amada Iglesia Diocesana.

    Por este motivo, nuestro Padre y Pastor, Mons. Eusebio Ramos Morales, Obispo de la Diócesis de Caguas, convocó a todo el Santo Pueblo de Dios que peregrina en nuestra Diócesis Criolla para celebrar este acontecimiento de Fe, Esperanza y Caridad.

    Por esto, estamos preparando esta gran celebración del 60 aniversario en el concepto de un Festival Diocesano en el que adultos, familias, jóvenes y niños disfrutarán con diferentes actividades simultáneas para el deleite de todos, como preámbulo a la celebración Eucarística.

    El concepto es un festival diocesano en el que los adultos, las familias y los niños contarán con diferentes actividades simultáneas para el disfrute de todos, como preámbulo a la celebración Eucarística.

    Invoquemos a la Virgen María, Madre de la Iglesia, para que nos acompañe en este camino de Fe, Esperanza y Caridad. Pidamos al Beato Carlos Manuel que nos muestre y acompañe en el camino de la santidad y la entrega fiel a Cristo Jesús.

    FECHAS IMPORTANTES:

    Lunes, 4 de noviembre de 2024

    Motivo: Sexagésimo Aniversario de la Diócesis de Caguas

    Sábado, 9 de noviembre de 2024

    Motivo: Jubileo – Convocatoria al Santo Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Caguas

    Hora: 12:00 p.m. a 6:30 p.m. / Eucaristía a las 4:00 p.m.

    Lugar: Coliseo Roger Mendoza en el Complejo Deportivo de Caguas

    FECHAS IMPORTANTES:

    Lunes, 4 de noviembre de 2024

    Motivo: Sexagésimo Aniversario de la Diócesis de Caguas

    Sábado, 9 de noviembre de 2024

    Motivo: Jubileo – Convocatoria al Santo Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Caguas

    Hora: 12:00 p.m. a 6:30 p.m. / Eucaristía a las 4:00 p.m.

    Lugar: Coliseo Roger Mendoza en el Complejo Deportivo de Caguas

    S Í N O D O D I O C E S A N O

    CONVOCATORIA DEL SÍNODO DIOCESANO (1/2)

    El 1 de noviembre de 2019 fue convocado, mediante decreto, el Primer Sínodo Diocesano para la Diócesis de Caguas. Diversas motivaciones sirvieron de base para hacer esta gran Convocatoria Sinodal Diocesana. Entre estas podemos mencionar las siguientes:

    La Iglesia Universal vive hoy un despertar sinodal bajo el Magisterio Petrino del Papa Francisco. Desde el inicio de su pontificado, el Santo Padre, ha puesto su empeño personal en afirmar y cultivar en la Iglesia Católica el espíritu del Concilio VaticanoII. Precisamente, esta dimensión sinodal que vive la Iglesia, actualmente, es herencia conciliar. Desde entonces, se ha intensificado este esfuerzo

    magisterial a nivel de la Iglesia Universal. También, diversas Iglesias locales en mundo han entrado en esta dinamicidad sinodal de diálogo y comunión a la luz del Espíritu Santo.

    Un acontecimiento que marcó este despertar sinodal fue la creación del Sínodo de los Obispos por el Papa San Pablo VI. Esta estructura le ha dado estabilidad y continuidad a esta dimensión sinodal eclesial. El Sínodo de los Obispos es la estructura que se ha encargado, en adelante, de dar seguimiento a estas convocatorias sinodales del Santo Padre. Estas asambleas generales de Obispos son convocadas para dilucidar temas concretos o regionales en la Iglesia. Igualmente, diversas Iglesias locales han convocado sínodos diocesanos o provinciales para tratar temas locales o situaciones internas de interés común.

    FECHAS IMPORTANTES

    6 al 8 de septiembre de 2024

    Motivo: II Sesión: Asamblea General del Sínodo Diocesano

    Lugar: Casa Manresa

    2 al 27 de octubre de 2024

    Motivo: II Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria – Sínodo Universal

    CONGRESO AMERICANO MISIONERO – CAM6

    ¿QUÉ ES EL SEXTO CONGRESO AMERICANO MISIONERO – CAM6 PUERTO RICO?

    En el caminar misionero del continente, los Congresos Misioneros denominados CAM’s- COMLA’s se constituyeron en hitos importantes, pues marcaron un avance en la conciencia misionera de nuestras Iglesias y lograron involucrar a muchos sectores del pueblo de Dios, porque la misión ha sido y sigue siendo una fuerza unificadora que asume todas las dimensiones de la vida pastoral. Es un gran acontecimiento misionero, un tiempo de gracia, para vivir un nuevo Pentecostés, donde se propicia una reflexión misionológica de la vida y situación de la Iglesia en el continente, pero también busca proyectar compromisos y acciones pastorales en clave misionera para ayudar a las Iglesias locales en su conversión pastoral.

    A continuación, una breve explicación acerca de las siglas del CAM. En cuanto al concepto “congreso”, es un acontecimiento especial, de animación misionera universal, que tiene la riqueza de compartir experiencias, dificultades y tomar decisiones para un renovado impulso misionero. En relación con el alcance continental “americano”, se refiere a la participación de todas las Iglesias particulares de América, representadas por obispos, sacerdotes, religiosos y laicos de movimientos eclesiales y líderes de comunidades. Por último, el carisma “misionero” es la identidad de la Iglesia, que exige asumir la responsabilidad misionera a través del anuncio y del testimonio.

    La Conferencia Episcopal Puertorriqueña y las Obras Misionales Pontificias de Puerto Rico emprendieron un camino de oración, reflexión y discernimiento, que desembocó en asumir la animación de la espiritualidad misionera de la Iglesia de América. Puerto Rico y todo El Caribe se convertirán en puerta de entrada para fortalecer las raíces y recapitular la fe de las Iglesias particulares del continente. Todo el pueblo de Dios que peregrina y evangeliza por estas tierras Borincanas debe orar incesantemente por la preparación del CAM6 y sus frutos; así como también, ponerse a disposición de ofrecer sus dones, talentos y carismas, para el desarrollo de la misión.

    FECHAS IMPORTANTES

    19 al 24 de noviembre de 2024

    Motivo: 6to Congreso Americano Misionero

    Lugar: Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico en Ponce

    19 de noviembre de 2024

    Motivo: Misa de apertura abierta a todos los fieles

    Hora: 8:00 a.m. – Animación Misionera 10:00 a.m. – Santa Eucaristía

    Lugar: Auditorio Juan “Pachín” Vincens en Ponce

  • Primer Foro sobre Historia de la Diócesis de Caguas

    Por: Comisión Diocesana de Comunicaciones

    La Diócesis de Caguas nació un 4 de noviembre de 1964, heredando la evangelización de numerosos misioneros y sacerdotes que desde el s. XVI, y tras la oleada de nuevas parroquias creadas en los siglos XVIII y XIX, configuraron sus pueblos y su fe.

    El territorio de lo que sería la emergente Diócesis de Caguas abarcaría la región centro-este, mayoritariamente rural y costera. Es la única Diócesis cuya cabecera no está ubicada en la costa. Fue erigida luego de las campañas del Partido de Acción Cristiana, beneficiándose -y esto es lo decisivo- del refrescante espíritu renovador del Concilio Vaticano II (1962-1965).

    Emergió y se desarrolló al comienzo de la industrialización de sus pueblos integrantes. También coincidió con la escolarización masiva, la mejoría de los niveles de salud pública, el auge de una clase media, vivienda más estable y resistente, crecimiento poblacional… Eso facilitó que se establecieran capillas, centros de espiritualidad, catequesis, escuelas católicas y servicios de evangelización con mucha mayor eficacia. En medio de eso, Caguas ha promovido consistentemente una sólida defensa de la cultura puertorriqueña.

    Más tarde, con el internet y las telecomunicaciones, se logró un mayor contacto con las nuevas generaciones. Es época de auge vocacional (al seminario y sobre todo al diaconado) y de diversificación de ministerios, nuevos movimientos laicales, pastoral de conjunto, y fuerte inserción del presbiterio de la Diócesis en asuntos sociales.

    Una primera gran oleada de acción social estuvo marcada por el protagonismo de Monseñor Antulio Parrilla, por la Juventud de Acción Católica, Guerra Contra el Hambre (hoy “REDES”), OMECOS, expresiones y movilizaciones sobre los plebiscitos relativos a asuntos medulares de identidad nacional; manifestaciones contra la política de privatización de empresas gubernamentales, o el auge del Diálogo de Reconciliación Nacional.

    La crisis en Vieques entre 1999 y 2001 fue testigo de la solidaridad indiscutible de la Diócesis de Caguas y de sus campamentos de desobediencia civil. Esa década fue puente entre los siglos XX y XXI, y dio pie al Plan de Pastoral de Conjunto, que se extendió por veinte años, organizó las asambleas diocesanas anuales y generó cientos de pequeñas comunidades.

    Los pasados diez años han coincidido con las crisis del huracán María, los terremotos y la pandemia, oportunidades usadas para facilitar ayudas a través de su red de apoyo social y espiritual. En muchas parroquias surgieron nuevos servicios de comunicación, formación y espiritualidad “en línea”, que configuran hoy un nuevo servicio de medios sociales.

    Son tiempos de cambio. En la Diócesis abordamos un nuevo proceso de espiritualidad y pastoral de conjunto teniendo como base el Sínodo Diocesano, a iniciativa del Obispo Monseñor Eusebio Ramos Morales.

    Nos adentramos al segundo cuarto del siglo XXI como diócesis que se fundamenta en la fe, la esperanza y la caridad. Este primer Foro de historia, el sábado 3 de febrero en Perpetuo Socorro en Caguas, desde 9:00 am, profundizará ese proceso, confiando en que, desde nuestras raíces, nos reafirmaremos hacia el futuro.

  • Cuaresma 2024

    Diócesis de Caguas

    Vicaría de Pastoral y Misiones

    Cuaresma 2024

    “60 AÑOS CAMINANDO JUNTOS EN LA FE, LA ESPERANZA Y LA CARIDAD”  

    “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su hijo para que todo el que crea en el no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn. 3,16)

    1. Introducción:

    La Subcomisión de Liturgia y Espiritualidad para el Sínodo Diocesano ha preparado la presente propuesta de Camino Cuaresmal para la Diócesis de Caguas, partiendo del lema general para la celebración del Sexagésimo Aniversario: “60 años caminando juntos en la fe, la esperanza y la caridad”. En esta propuesta encontrarán en primer lugar, una breve explicación sobre lo que es la Cuaresma, su sentido más profundo, y la justificación y énfasis que hemos dado a la virtud teologal de la Caridad, como eje reflexivo para todo el Tiempo de Cuaresma. Así lo hicimos en el Adviento con el tema de la Esperanza y en la Pascua, daremos este énfasis especial a la virtud de la Fe.

    También, se ofrecen las líneas reflexivas desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Ramos, con los respectivos signos y palabras, que pueden servir para las reflexiones homiléticas de este tiempo; así como para los retiros parroquiales o de los diversos grupos apostólicos. De fondo, las palabras aluden a los ejes temáticos de nuestro Sínodo Diocesano, para ir iluminando esta Etapa de Discernimiento hasta llegar a la Fase del Diálogo en la Asamblea Sinodal, y a la preparación final para la celebración del VI Congreso Americano Misionero.

    Para la Semana Santa, ofrecemos un breve esquema que puede ayudar a poner énfasis en cada virtud teologal desde el Jueves Santo hasta la Vigilia Pascual. Este año, las Siete Palabras,  también se elaborarán desde estas tres virtudes, sobre todo, centrándose en la Fe como eje vertebral de ese Viernes Santo. En fin, deseamos que este material ayude a una vivencia más espiritual en clave sinodal, viviendo este Tiempo Cuaresmal y la celebración de la Pascua, para renacer, como discípulos misioneros  de Cristo Vivo, en la fe, la esperanza y la caridad.

    1. CUARESMA Y LA VIRTUD TEOLOGAL DE LA CARIDAD

    Durante esta Cuaresma, invitamos a todos los miembros del pueblo de Dios a enfocarnos en la virtud Teologal de la Caridad. Pero, comenzemos por preguntarnos: ¿Qué es la Cuaresma? Esta es un período de preparación espiritual en camino hacia la Pascua. Es una  temporada de reflexión y penitencia, que comienza desde el Miércoles de Ceniza y termina justo antes de la celebración del Triduo Pascual. Este, por su parte, condensa los misterios de salvación durante tres días y culmina con la Resurrección del Señor, la Pascua,  Domingo de Resurrección.

    Durante la Cuaresma, los fieles son llamados a un período de arrepentimiento, oración, ayuno y obras de caridad. La Cuaresma conmemora aquellos cuarenta días que Jesucristo pasó en el desierto, enfrentando tentaciones, y antes de comenzar su ministerio público.

    ¿Por qué la Cuaresma como signo de Caridad? La Cuaresma como signo de caridad refleja el llamado cristiano a vivir una vida de amor, compasión y servicio hacia los demás, siguiendo el ejemplo y las enseñanzas de Jesucristo.

    Algunas razones por las cuales, la Cuaresma, enfatiza la Caridad:

    • Porque es el movimiento salvífico del Padre, como  indica el Evangelio de san Juan: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su único Hijo para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna”. (Jn 3,16)
    • Porque fue la vivencia de Jesús, Él es nuestro modelo: Jesucristo es el modelo supremo de caridad y amor. A lo largo de su ministerio terrenal, mostró compasión hacia los pobres, enfermos y marginados, y enseñó a sus seguidores a amar al prójimo como a ellos mismos.
    • Porque se nos invita a actuar conforme a las enseñanzas Evangélicas: Durante la Cuaresma, los cristianos, son llamados a vivir y testimoniar las enseñanzas de Jesús en la vida diaria. Esto incluye practicar la caridad, ayudar a los necesitados y ser generosos con aquellos que sufren.
    • Porque se nos invita a ser solidarios con lo pobres y marginados: La Cuaresma nos llama a recordar el sufrimiento de Jesucristo en la Cruz y a solidarizarnos con aquellos que sufren o padecen alguna condición de marginación. Al practicar la Caridad, los fieles, pueden ayudar a aliviar el sufrimiento de los demás y manifestar el amor y la compasión en acción hacia otros hermanos.
    • Porque es tiempo de conversión y renovación: La Cuaresma es un tiempo de conversión y renovación espiritual en mente, corazón y actitudes. Practicar la Caridad durante este tiempo puede ayudar a las personas a  crecer en su relación con Dios, y a vivir de acuerdo con los valores del Evangelio.
    • Porque nos prepara para la Pascua: La Cuaresma culmina en la celebración de la Pascua, que conmemora la Resurrección de Jesucristo. La Caridad nos prepara para la Pascua, ya que, permite a los cristianos imitar el amor sacrificial de Cristo y celebrar su victoria sobre el pecado y la muerte.
    1. Líneas reflexivas para miércoles de Ceniza y Domingos de Cuaresma

    Considerando que la liturgia cuaresmal tiene de fondo la imagen de un Camino preparatorio para la Pascua, la Iglesia, en cada Ciclo nos propone textos bíblicos que ayudan a profundizar en el Misterio Salvífico de Cristo para poder vivirlo a plenitud. En el Ciclo B, aun, cuando se lee el Evangelio de san Marcos, la liturgia nos ofrece algunas perícopas del Evangelista san Juan. Pero, como todos los años, el texto del Miércoles de Ceniza se toma del Evangelio de san Mateo, que enfatiza tres prácticas cuaresmales que son esenciales en el caminar cristiano: 1. dar  limosna (o más bien practicar la caridad ayudando al necesitado); 2. hacer y llevar una vida de oración; y 3. practicar el ayuno que nos fortalece en la vida interior. Estas prácticas cuaresmales nos requieren “Discernimiento”, que es justola palabra que marca nuestra etapa sinodal actual. Por esto, proponemos que esta sea la palabra inicial de ese Miércoles de Ceniza, y como signo, unas sandalias, para indicar que queremos hacer este camino cuaresmal en el espíritu de la Sinodalidad, “caminar juntos”, y así, prepararnos para el envío y la misión en la  Diócesis de Caguas. No olvidemos que, el Sínodo, nos llevará a reforzar cada día más el espíritu misionero; lo que también nos ayudará en el proceso que vivimos hacia la celebración del CAM6.

    El primer y segundo Domingo de Cuaresma serán iluminados por el Evangelista san Marcos. A través de este, somos invitados a caminar al Desierto para hacer Silencio, condición necesaria para el discernimiento y la elección, y ponernos a la ESCUCHA subiendo a la MONTAÑA. Desde el tercer al quinto Domingo de la Curesma somos acompañados por el Evagelista san Juan, que nos lleva al Templo de Jerusalén para mostrarnos la necesidad de la PURIFICACIÓN. La imagen del LÁTIGO recuerda la indignación del Señor ante la hipocrecía del culto religioso adulterado para beneficio personal  y su llamada a la conversión de nuestros pecados. No podemos olvidar que este instrumento fue utilizado también contra Jesús en los días de su Pasión porque en la Cruz, Jesús, cargaba nuestros pecados. En el cuarto Domingo de Cuaresma se nos invita a ir al CORAZÓN y, desde este, contemplar la VISIÓN de aquel que es levantado como la serpiente en el desierto para liberarnos del pecado y alcanzar la salvación. En el quinto Domingo de Cuaresma se nos llama a descubrir la MISIÓN que tenemos como discípulos misioneros, a imagen de Jesús Maestro, que murió en la CRUZ, yabrazarla para dar vida al mundo.

    Veamos este caminar en forma esquemática:

    ESQUEMA DE LOS DOMINGOS DE CUARESMA

    CelebraciónTextos (se ponen las citas que están en el Ordo)PalabraSigno
    14 de febrero Miércoles de CenizaMT 6, 1-6. 16-18DISCERNIMIENTOSANDALIAS
    18 de febrero Primer DomingoMC 1, 12-15SILENCIODESIERTO
    25 febrero   Segundo DomingoMC 9, 2-10ESCUCHAMONTAÑA
    3 de marzo Tercer DomingoJN 2, 13-25PURIFICACIÓNLÁTIGO
    10 de marzo Cuarto DomingoJN 3, 14-21VISIÓNCORAZÓN
    17 de marzo Quinto DomingoJN 12, 20-33MISIÓNCRUZ

    Miércoles de Ceniza

    Mt 6, 1-6, 16-18 – En este pasaje del Evangelio de san Mateo se subraya la importancia de la sinceridad y la autenticidad en las prácticas religiosas, en lugar de buscar el reconocimiento o la aprobación de los demás. Jesús invita a sus seguidores a practicar la caridad, la oración y el ayuno de manera humilde y sincera, centrando su relación con Dios y no en la opinión pública.

    El pasaje del Evangelio según san Mateo (6, 1-6 y 16-18) aborda las enseñanzas de Jesús sobre la práctica de la caridad, la oración y el ayuno.

    • Caridad: Jesús advierte a sus discípulos que no realicen actos de caridad solo para ser vistos por otros. En lugar de buscar reconocimiento humano, deben hacerlo de manera discreta, sin buscar elogios. Dios, que ve en secreto, recompensará a aquellos que actúan con sinceridad y desinterés.
    • Oración: Jesús instruye a sus seguidores sobre cómo orar. Les aconseja que no recen solo para ser vistos o para repetir palabras vacías, sino que oren con sinceridad y en privado. Dios conoce las necesidades y los deseos de sus hijos, y no es necesario hacer alardes públicos de oración para ser escuchados.
    • Ayuno: Similar a la caridad y la oración, Jesús enfatiza que el ayuno no debe ser una muestra pública de piedad o una forma de impresionar a otros. En su lugar, los discípulos deben ayunar con humildad y discreción, sin buscar la aprobación de los demás. Dios, que ve en secreto, recompensará a aquellos que ayunan con un corazón sincero.

    Signo catequético: Desierto  

    Palabra clave: Discernimiento

    Primer Domingo de Cuaresma

    Mc 1, 12-15 – Este texto narra el inicio del ministerio público de Jesús, destacando su victoria sobre las tentaciones en el desierto y su proclamación del Evangelio de Dios. El  pasaje muestra su preparación para el ministerio público, enfatizando su relación con Dios, su identidad y misión, y el llamado que hace al hombre para el arrepentimiento y la fe.

    Bautismo y tentación de Jesús (versículos anteriores): Antes de estos versículos, san Marcos, describe el bautismo de Jesús en el río Jordán por Juan el Bautista, y la voz del cielo que dice: «Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco», (Mc 1, 11). Luego, Jesús es llevado al desierto y es tentado por Satanás durante cuarenta días.

    Jesús en el desierto: Luego del bautismo, el Espíritu Santo, impulsa a Jesús al desierto. Allí, permanece cuarenta días y es tentado por Satanás. Estar en el desierto es una preparación y una experiencia de prueba para Jesús, similar a la historia del pueblo de Israel en el desierto durante cuarenta años.

    Comienzo del Ministerio de Jesús: Después de esta experiencia en el desierto, Jesús regresa a Galilea y comienza a predicar el Evangelio de Dios, la Buena Nueva. Su mensaje es claro: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio», (Mc 1, 15).

    Signo catequético: Zapatos o sandalias

    Palabra clave: SILENCIO – Para así discernir el servicio a la CARIDAD que Dios me pide.

    Segundo Domingo de Cuaresma

    Mc 9, 2-10 –Este pasaje revela la gloria divina de Jesús y confirma su identidad como el Hijo amado de Dios. Además, anticipa su futura resurrección, un aspecto central de la fe cristiana. Se nos relata la Transfiguración de Jesús.

    La Transfiguración: Jesús lleva consigo a Pedro, Santiago y Juan, a una montaña alta. Allí, ante sus ojos, Jesús es transfigurado: su rostro resplandece y sus ropas se vuelven de un blanco deslumbrante. Los discípulos ven a Jesús conversando con Moisés y Elías.

    Reacción de los discípulos: Pedro, sobrecogido y sin saber qué decir, propone construir tres tiendas: una para Jesús, una para Moisés y una para Elías. Sin embargo, mientras Pedro todavía hablaba, una nube los cubre y una voz desde la nube dice: «Este es mi Hijo amado; escúchenlo».

    Instrucciones de Jesús: Después de la nube, Moisés y Elías, desaparecen y Jesús queda solo con los tres discípulos. Jesús les pide que no cuenten lo que han visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos. Los discípulos guardan silencio, aunque se preguntan qué significa «resucitar de entre los muertos».

    Signo catequético: Montaña

    Palabra clave: ESCUCHA – Elemento fundamental para la sinodalidad, y es lo que el Padre pide a los discípulos.

    Tercer Domingo de Cuaresma

    Jn 2, 13-25 – El tercer Domingo de Cuaresma nos presenta a Jesús actuando con autoridad en el templo de Jerusalén. Jesús expulsa a los vendedores del templo subrayando la importancia de la reverencia y pureza en el culto a Dios. Además, anticipa el futuro evento de la resurrección de Jesús, destacando la conexión entre su cuerpo y el verdadero templo de Dios.

    Limpieza del templo: Jesús llega a Jerusalén durante la Pascua y encuentra que el templo está lleno de vendedores de ganado, ovejas y palomas, así como cambistas de dinero. En un acto de indignación por la profanación del lugar sagrado, Jesús, hace un látigo de cuerdas y expulsa a todos del templo, volcando las mesas de los cambistas y derramando las monedas.

    Reclamo y significado: Cuando los judíos le preguntan qué señal puede mostrar para justificar sus acciones, Jesús responde: «Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré». Los judíos malinterpretan su declaración, pensando que se refiere al templo físico, pero, Juan aclara que Jesús estaba hablando del templo de su cuerpo.

    Conocimiento y creencia: Durante la Pascua, mientras Jesús está en Jerusalén, realiza muchos milagros y señales. Muchos creen en, Él,  debido a estos signos. Sin embargo, Jesús no se confía de ellos, ya que,  conoce la naturaleza humana y no necesita que nadie le informe acerca de las personas.

    Signo catequético: Látigo, “Fuete”, garabato, Varita de guayaba

    Palabra clave: PURIFICACIÓN: sobre todo, de las intenciones del Corazón,  es lo que Jesús quiere hacer con los que usan el templo para sus propios intereses.

    Cuarto Domingo de Cuaresma

    LAETARE Domini

     Jn 3, 14-21- Este evangelio nos presenta las enseñanzas de Jesús sobre su misión salvadora, el amor sacrificial de Dios hacia la humanidad y la importancia de creer en Jesús como el camino hacia la vida eterna. Jesús es presentado como la “Luz”, que revela la verdad y el amor de Dios, invitando a las personas a acercarse a él y recibir la salvación.

    La Serpiente en el desierto: Jesús compara su futura crucifixión con el episodio en el que Moisés levantó una serpiente de bronce en el desierto. Así como aquellos que miraban a la serpiente eran salvados de la muerte, aquellos que creen en Jesús serán salvados de la condenación eterna.

    El amor de Dios: Juan 3:16 es uno de los versículos más famosos del Nuevo Testamento. Afirma que Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino, que tenga vida eterna. Este versículo destaca el amor inmenso y sacrificial de Dios hacia la humanidad y la provisión de la salvación a través de Jesucristo.

    El propósito de Jesús: Jesús explica que no vino al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo. Sin embargo, aquellos que no creen en Él ya están condenados porque rechazan la luz y prefieren las tinieblas. La Luz (Jesús) revela la verdad y el camino hacia la vida eterna, pero algunos eligen permanecer en la oscuridad debido a sus malas acciones.

    La luz y las tinieblas: Jesús subraya que aquellos que hacen lo malo odian la luz y no se acercan a ella, porque sus acciones serían expuestas. Por otro lado, aquellos que actúan conforme a la verdad se acercan a la luz, mostrando que sus acciones son realizadas en Dios.

    Signo catequético: Corazón

    Palabra clave: VISIÓN, pensando en esa invitación que hace a mirar al “Levantado en Cruz”. El profeta es hombre de visión. A Nicodemo, se le invita a mirar de modo diferente, es decir, desde el corazón.

    Quinto Domingo de Cuaresma:

    Jn 22, 20-33- Se presenta un momento crucial en el ministerio de Jesús, en el que se  anticipa su muerte y resurrección, y se enfatiza la naturaleza sacrificial y redentora de su misión. Jesús invita a sus seguidores a comprometerse plenamente con Él, incluso en medio de la dificultad y la persecución, prometiendo vida eterna y la presencia constante de Dios.

    Los griegos buscan a Jesús: Algunos griegos que habían venido a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de la Pascua se acercan a Felipe y le piden que les presente a Jesús. Esto indica que la fama y el mensaje de Jesús había traspasado las fronteras del pueblo judío.

    La Hora del Hijo del Hombre: Jesús responde a la solicitud de los griegos hablando sobre la «Hora», que se acerca. Esta «Hora» se refiere a su pasión, muerte y glorificación. Jesús compara su muerte con un grano de trigo que cae al suelo y muere, pero produce muchos frutos.

    El llamado al discipulado: Jesús presenta el concepto del discipulado radical: aquel que ama su vida, la perderá; pero, aquel que odia su vida en este mundo la conservará para la vida eterna. Luego, invita a sus seguidores a seguirle y servirle, prometiendo que donde Él esté, allí también estarán sus siervos.

    La angustia de Jesús: Aunque Jesús sabe que su hora está cerca y siente angustia ante lo que está por venir, no pide ser liberado de su destino, sino que reconoce que para eso ha venido. Su deseo es glorificar el nombre del Padre.

    La voz del cielo: En respuesta a Jesús, una voz del cielo se hace audible para confirmar su misión y glorificación. Algunos presentes creen que es un trueno o un ángel quien habla, mientras que otros entienden el mensaje divino.

    Signo catequético: Cruz

    Palabra clave:MISIÓN – Es el momento definitivo en el que, Jesús, sabe que debe asumir aquello a lo que ha venido: dar la vida en rescate por mucho.

    1. Semana Santa

    Con el Domingo de Ramos comenzamos con la Semana Mayor. En esos días la sensibilidad de nuestro pueblo se despierta para acudir con ánimo reflexivo a vivir los días santos. Es por eso que conviene que en los días previos al Triduo Pascual, se tengan momentos en los que se recuerde al camino cuaresmal que se ha vivido. Así, se podrían beneficiar algunos que no lo hayan podido vivir aún, y colocarnos juntos en sintonía como pueblo de Dios de frente al misterio de la Salvación y la necesidad de pedir la gracia de la Fe, la Esperanza y la Caridad.

    ESquema Semana Santa

    CelebraciónTextosPalabraSigno
    DOMINGO DE RAMOSMC 11, 1-10 MC 14, 1-15, 47REDENCIÓNRECORTES DE PERIÓDICOS CON MALAS NOTICIAS
    JUEVES SANTOJN 13, 1-15CARIDADPAN Y VINO
    VIERNES SANTOJN 18, 1-19, 42FELANZA
    VIGILIA PASCUALMC 16, 1-7ESPERANZALIENZO-SUDARIO

    DOMINGO DE RAMOS

    En el Domingo de Ramos se lee la lectura de la Pasión, según san Marcos, y se nos recuerda el misterio de la REDENCIÓN. Hoy, necesitamos hacer esa lectura, releerla y meditarla  a la luz de los MALES SOCIALES que vivimos.

    MC 11, 1-10 – Este pasaje relata la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. En este pasaje, Jesús, envía a dos de sus discípulos a un pueblo cercano para que traigan un burro que nunca ha sido montado. Les instruye diciendo, que si alguien les pregunta por qué lo hacen, deben responder que “el Señor lo necesita y que lo devolverá pronto”. Los discípulos hacen lo que Jesús les ha dicho y traen el burro. Luego, cubren el burro con sus mantos y Jesús se monta en él. Mientras Jesús avanza, la gente extiende sus mantos en el camino y otros cortan ramas de árboles y las colocan en su camino. La multitud que lo sigue y la que va delante de Él grita: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que viene, el reino de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!». La entrada de Jesús en Jerusalén de esta manera se interpreta como una manifestación mesiánica. La gente le reconoce y le acoge como el “Mesías esperado”, aquél que viene en nombre del Señor para establecer su reino.

    Signo catequético: Recortes de periódico con malas noticias

    palabra clave: redención

    eL triduo pascual

    En el Jueves Santo se nos recuerda la institución de la Eucaristía y del Orden ministerial, y el Mandamiento del amor. Luego, esa noche debe estar marcada por el tema de la Caridad. “Esto les mando, que se amen unos a otros como yo los he amado”. Es evidente que ese amor crece y se fortalece en la Eucaristía, donde, el Señor se nos hace presente en la forma de Pan y Vino.

    El Viernes Santo se propone como día para desarrollar el tema de la FE. Es un día muy intenso lleno de elementos que nos pueden servir para iluminar la vivencia de esta virtud teologal. María y el apóstol Juan son los que se mantienen firmes. El apóstol Pedro le niega y Judas le traiciona. Los demás discípulos huyen y los sumos sacerdotes se burlan. Los soldados le matan; mientras, Pilato se lava las manos. Las mujeres lloran, y los que siguen a Jesús (los pobres), sufren. Finalmente, el soldado clava la LANZA en el costado. Es la hora de las Siete Palabras con el testamento de fe que nos deja Jesús. María, la  virgen madre, es acompañada en su Soledad.

    Finalmente, llegamos a la Vigilia Pascual: la noche en que se abre la esperanza. La noche en que Jesús vuelve a la Vida. La noche del sepulcro vacío, de los lienzos en el suelo. Allí, no hay nada que ate a Jesús. Porque en Él, resucitamos todos; también, podemos decir que nada nos ata. Somos libres y llamados a vivir en un mundo nuevo, lleno de FE, ESPERANZA Y CARIDAD. Un mundo marcado por la fratrenidad y la solidaridad. Por esto, podemos decir que, “Caminamos juntos”, como Diócesis Sinodal Misionera. ¡Feliz Pascua de Resurrección!

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  • Para participar en la Consulta del Sínodo de manera virtual…

    Por: P. Jorge Cardona Amaro, Secretario General del Sínodo Diocesano

    El Sínodo Diocesano de la Diócesis de Caguas tiene como intención fundamental reflexionar y actualizar la acción pastoral y evangelizadora de la Iglesia Diocesana para responder a los desafíos más apremiantes de la sociedad actual y de la Iglesia. Para lograr este objetivo se ha propuesto como tema general: Una Iglesia Diocesana, Pueblo de Dios, que anuncia el Evangelio hoy, con identidad criolla, profética y ministerial, en espíritu sinodal misionero. 

    Dentro de ese tema se pueden identificar cuatro subtemas: Identidad, Profetismo, Sinodalidad y Misionariedad. Del resultado de las consultas sobre esos subtemas se reflexionará y profundizará en las asambleas sinodales de agosto a noviembre de este año. En febrero y marzo corre la consulta que verificará el estado actual de cada uno de estos tópicos en nuestra Diócesis. 

    Las respuestas recibidas ayudarán a conocer la percepción general y las necesidades del pueblo de Dios, ya sea que participen o no de la vida eclesial, e incluso, si pertenecen o no a la Iglesia Católica. Las opiniones serán tomadas en cuenta para la reflexión que en adelante se realice como Iglesia local de Caguas.

    La participación se ha promovido de modo presencial en las comunidades, de forma individual por escrito, y en grupos focales. También puede llenarse de forma VIRTUAL. Se provee aquí un enlace (y un código de puntos QR) para las personas que deseen participar de forma virtual.

    https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScSrabMgBkEmq22heshawPSsxLHDVRhs87S0Fp2hEqzbiCEgg/viewform

    Cuando acceda al cuestionario coloque su correo electrónico y deberá indicar en la siguiente pregunta si participó de los encuentros comunitarios, con el propósito de que complete este cuestionario una sola vez. Al comenzar el cuestionario, deberá ir contestando las distintas preguntas conforme aparezcan en el cuestionario y al final presiona la indicación de «Submit» o «Enviar» para someter el cuestionario final y que se puedan registrar sus respuestas. 

    La información personal provista en el cuestionario no será divulgada; solo se utilizará para fines estadísticos del Sínodo Diocesano.  

    ¡Gracias por su aporte a este proceso de consulta!

  • Comienza la Etapa de la Escucha en el Sínodo Diocesano de Caguas

    Por: P. Jorge Cardona, Secretario General del Sínodo

    El Sínodo Diocesano de Caguas, proclamado el 1 de noviembre de 2019, y tras las pausas que supuso la pademia del Covid, retomó su etapa de motivación y pasará ahora a la etapa de la escucha, desde septiembre de 2022 hasta febrero de 2023. Esta es la fase en que las personas, grupos y comunidades, participando activamente, realizan sus aportes sobre los sueños, aspiraciones y necesidades apremiantes de la vida y evangelización del pueblo de Dios.

    Lemas

    El lema general de este Sínodo cagüeño, desde el comienzo, es “Caminemos Juntos como Iglesia Misionera”. Sin embargo, en cada etapa se adopta un lema específico, relacionado con ese momento. La etapa de la escucha tendrá como lema propio “Señor, que no seamos sordos a tu voz”, que expresa la intención de escuchar la voz de Dios en los gritos y anhelos de nuestro pueblo y del magisterio eclesiástico.

    El tema

    En cuanto al tema (que sintetiza los asuntos a considerar y la óptica general del Sínodo) es: “Por una Iglesia Diocesana, Pueblo de Dios, que anuncia el Evangelio hoy, con identidad criolla, ministerial y profética, en espíritu sinodal misionero”. Presenta al sujeto con sus características propias (pueblo de Dios de la Diócesis de Caguas, diócesis llamada “criolla”), y enfatiza los acentos que desde el magisterio y desde su historia marcan su pasado, presente y proyecciones futuras: ministerial, profética, sinodal, misionera.

    Pasos

    Se proponen seis pasos para realizar la escucha: (1) reuniones de las diversas comisiones establecidas hasta ahora (Coordinación, Metodología, Memoria e Identidad, Teológica, y Equipo Secretarial -se está considerando una comisión de celebraciones-); (2) encuentros con los delegados parroquiales, religiosos y religiosas, instancias diocesanas y colegios católicos; (3) encuentros con el presbiterio y los diáconos; (4) elaboración del proceso e instrumentos de consulta; (5) realización de la consulta (desde la segunda semana de noviembre hasta finales de enero); (6) celebración litúrgica del Adviento y Navidad, hasta desembocar en las puertas de la Cuaresma.

    Niveles o instancias específicas

    La consulta tendrá instancias y tiempos a nivel personal (lo que, además, proveerá un perfil de quienes respondan), encuentros comunitarios, participación por medio de las redes sociales y en la página web.

    Del momento personal se espera lo siguiente:

    1. Una ficha inicial que llenará cada persona de manera individual.
    2. En la ficha inicial la persona anotará sus datos personales, entre algunas de las preguntas que se sugieren incluir están: pueblo, edad, frecuencia de asistencia a misa, si es bautizado o no, participantes o agente de pastoral en que indique en que se desepeña. Esto nos dara un perfil de la población consultada.
    3. La ficha inicial también contendrá otra serie de preguntas reflexivas:
      1.  ¿Cómo me siento en torno a la iglesia? ¿Cómo he respondido?
      1.  ¿Cómo percibo a la iglesia en general?
      1.  ¿Cómo me siento entorno a mi fe y cómo he manifestado mi compromiso con la iglesia, si he tenido alguno, considerando todos los eventos que han ocurrido (pandemia, huracán, terremotos, crisis económica y política)?
      1. Si no he tenido ningún compromiso con la iglesia, ¿por qué?
      1. ¿Cómo me siento en torno a los diferentes estados de vida eclesial y cómo es mi relación con ellos? (importante que se definan y se enumeren los estados de vida eclesial, para aquellos con menor comprensión del término?
      1. Se sugiere que lo reflexionado en la ficha personal se comparta en los encuentros comunitarios, este puede ser el comienzo del primer encuentro.

    ¿Qué se consultará?

    La consulta será a partir del Tema General propuesto para el Sínodo: “Por una Iglesia Diocesana, Pueblo de Dios, que anuncia el Evangelio hoy, con identidad criolla, ministerial y profética, en espíritu sinodal misionero.”  Y sectorizado en los cuatro tópicos:

    1. Sobre la Identidad:  de cómo se conoce y entiende la identidad criolla, la dimensión bautismal y ministerial.
      1. Sobre el Profetismo:  de cómo se responde a los desafíos de la realidad social y eclesial actual.
      1. Sobre la Sinodalidad – de cómo se asumen los procesos de discernimiento, elaboración, decisión y ejecución en la vida eclesial (sobre todo de la comunión y la participación)
      1. Sobre la Misionariedad – de cómo se anuncia el evangelio hoy a todos y en todas partes.

    Métodos o instrumentos

    1. Encuentros Comunitarios como se realizaron para el Sínodo Universal.
    2. Formulario a distribuirse por las distintas redes sociales y páginas web. Se sugiere crear un QR code, a colocarse en los boletines parroquiales, que permita ser escaneado y lleve a las personas al formulario.
    3. Formulario de consulta individual, a distribuirse en las parroquias, para aquellos que no puedan llegar a los encuentros comunitarios, cuidadores de enfermos, personas que asisten de vez en cuando a la parroquia, entre otros grupos a determinar según las particularidades de la parroquia. Se sugiere crear una urna, donde las personas puedan dejar sus formularios una vez completados. También pueden designarse encargados por parroquia para recoger los formularios.

    Resultados

    Los resultados de este proceso deberían estar listos para antes de la Cuaresma del 2023, de modo que se pueda empezar con la Etapa del Discernimiento o Fase de Iluminación, que transcurrirá de febrero a mayo de 2023.

    Iluminados por el Espíritu Santo y en clima de discernimiento comunitario de la realidad, dispongámonos en esta etapa que comenzamos a recoger las inquietudes dolores, gritos, anhelos, esperanzas y sueños del pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Caguas.

  • Sínodo Diocesano- Consejo de Presidencia

    Diocesis de Caguas

    “Caminemos Juntos Como Iglesia Misionera”

    Etapa Motivacional de Sínodo 2019

    Orientaciones Generales para el SInodo Diocesano.

    1. Introducción

    La reflexión actual sobre la Sinodalidad[1] han llevado a afirmar que Iglesia y Sínodo son sinónimos. Salvado el conocido precedente de la asamblea de Jerusalén (Hch 15), la actividad sinodal tiene sus inicios antes de la segunda mitad del siglo II, cuando los obispos de diversas comunidades comenzaron a reunirse para tratar cuestiones que superaban el ámbito de una ciudad y tomar decisiones en materia de fe y costumbres. Se inicia así una larga historia de siglos en la que sínodos y concilios serán expresión consolidada del ejercicio de la comunión entre las distintas Iglesias particulares a la hora de resolver temas controvertidos que afectaban a la doctrina de la fe o a la disciplina de toda la Iglesia.

    Memoria E Identidad

    La Diócesis de Caguas no ha sido ajena a los procesos de comunión y de participación, toda vez que ella, desde su fundación en 1964, ha querido hacer presente la Eclesiología de la Comunión impulsada por el Concilio Vaticano II. Eclesiología que marcó la dinámica pastoral de nuestra Diócesis desde sus inicios.  Esta misma Eclesiología fue la que inspiró al Papa Pablo VI, al final del Concilio, para instituir el Sínodo de los Obispos y recuperar así este aspecto de la vida eclesial reconocido y valorado por la Tradición.

    Mons. Rafael Grovas Félix, Obispo fundador de la Diócesis (1964-1981), le dio no sólo un rostro conciliar a la recién fundada Iglesia Particular, sino que además la colocó en la más profunda reflexión latinoamericana participando de los procesos impulsados por Medellín (1968) y en el que se desatacaba la necesidad de una pastoral en conjunto[2], pastoral que no puede desarrollarse sin comunión y participación

    Durante los primeros doce años de gestación de la Diócesis se impulsaron procesos de formación laical, reflexión sobre comunidades eclesiales de base, la búsqueda de responder a los desafíos sociales de la época promoviendo Guerra contra el Hambre, una formación presbiteral acorde con los signos de los tiempos, expresado en la creación del Instituto de Formación Vocacional y el acompañamiento de la Juventud Católica asignando un presbítero tiempo completo dedicado a los jóvenes.[3] Estos elementos son parte de la identidad de la hoy llamada Diócesis Criolla caracterizada por su fuerte componente comunitario, profético y social.

    Expresión de esta identidad se vieron reflejados posteriormente en el Dialogo de Reconciliación Nacional y la Oficina de Medios de Comunicación Social (OMECOS) impulsados por Mons. Enrique Hernández y en la voz profética de la Iglesia de Caguas que se hizo sentir con la lucha por la salida de la Marina en Vieques en tiempos de Mons. Corrada del Río.

    La Diócesis de Caguas siguió siendo iluminada por los documentos emanados de las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano. Tan es así que cuando el Documento de Puebla (1979) definió la parroquia como comunidad de comunidades, la Diócesis de Caguas desarrolló su proyecto pastoral buscando la mayor participación del pueblo de Dios por medio de las asambleas familiares. En todas las comunidades de las parroquias de nuestra Diócesis se hicieron asambleas para dar a conocer las conclusiones del Documento de Puebla que invitaba a una Iglesia de Comunión y Participación para la evangelización, iluminado por medio de la Exhortación Apostólica Evangelli Nuntiandi (1975) del Papa san Pablo VI. 

    El Documento de Santo Domingo (1992) aportó la dimensión celebrativa de la fe y el impulso de la nueva evangelización (nueva en su ardor, en sus métodos y en su expresión), aspectos que la Diócesis de Caguas asumió, sobre todo en la expresión de una liturgia inculturizada enriquecida con signos y gestos.

    A partir del año 1993 se inició en la Diócesis un proyecto de Renovación Diocesana siguiendo la metodología prospectiva, acompañado por el MOVIMIENTO POR UN MUNDO MEJOR promoviendo la espiritualidad de la Comunión.

    La etapa previa del Proyecto de Renovación Diocesana, que tuvo una extensión de 6 años 1993-1999, se realizó por medio de múltiples asambleas parroquiales, zonales y diocesanas. La misma se desarrolló a través de una dinámica de dialogo y discernimiento comunitario para llegar a las líneas de acción trazadas en el Proyecto. Es reconocida la dinámica de Luces y Sombras que se hicieron en las asambleas fraternales y que recogieron el sentir de la comunidad diocesana por medio de los sectores de cada una de las parroquias.

    De este modo se llegó a configurar un Proyecto Diocesano de Pastoral diseñado por Etapas y Fases en un espacio de 27 años. Etapa de la Fraternidad, la Fe y el Servicio.  Un Proyecto basado en la vivencia de los valores del Reino que nos llevarían a ser una Iglesia de Comunión y de Participación al Servicio del Pueblo de Dios por medio de la vivencia de las comunidades de base, de servicios y ministerios,

    La estructura básica de diálogo y discernimiento del Proyecto de Renovación Diocesana fue la Asamblea Diocesana y el Equipo Animador de las misma era el EDAP (Equipo Diocesano de Animación Pastoral).  No se llegó a madurar la estructura que aseguraría la Pastoral de Conjunto, a saber, el Consejo Diocesano de Pastoral.

    Este Proyecto fue enriquecido con las conclusiones del Documento de Aparecida (2017) y la Exhortación Apostólica del Papa Francisco Evangelii Gaudium (2013) animándonos a asumir la experiencia del discipulado misionero, el dinamismo de la conversión pastoral y misionera y la invitación a ser una Iglesia en Salida.

    Con la llegada de Mons. Eusebio Ramos Morales (2017) este proceso del Plan de Pastoral tuvo su proceso de revisión (2017-2019) al final del cual se determinó la necesidad de convocar el Primer Sínodo Diocesano de Caguas. Escuchado el Consejo Presbiteral y el Cuerpo de Consultores se anuncia en la Misa Crismal (2019) y se decreta en el aniversario 55 de Diócesis el 3 de noviembre del 2019 en la Catedral Dulce Nombre de Jesús de Caguas.

    En esta trayectoria de 55 años de vida pastoral se destaca el hecho de que las decisiones y procedimientos se han realizado por medio de Asambleas Diocesanas que, aun cuando no precisan de una configuración canónica propia, contienen el espíritu con el cual se realiza el Sínodo Diocesano. De este modo podemos afirmar que el Sínodo constituirá el fruto maduro de nuestra experiencia eclesial, como se contemplaba al final de la Segunda Etapa del Plan de Pastoral, denominada de la FE.

    Aspectos Generales del Sinodo Diocesano

    El Sínodo Diocesano de la Diócesis Criolla tendrá como finalidad general:

    Revitalizar  la  fe  y  la vida  cristiana  de  todos  los  fieles  a  la  luz  del  Evangelio,  del  Concilio  Vaticano  II  y  del Magisterio  actual  de  la  Iglesia,  aplicando  en  nuestra  Iglesia  particular  las  orientaciones  de  la  Exhortación  Evangelii  Gaudium,  entre otros documentos eclesiales;  y  así  disponer  a  nuestra  Diócesis  para  la más  adecuada  forma  de  presencia  y  de  acción  evangelizadora  y misionera en  las  nuevas  circunstancias  de  nuestro  tiempo  y  del  inmediato  futuro, como un ejercicio de actualización pastoral tan necesario en nuestros tiempos cambiantes y de tanto  tránsito cultural para plantear cual es nuestra propia identidad como diócesis criolla.

    La consecución de esta finalidad, referida a todos los fieles, y la propia naturaleza del Sínodo hacen necesaria la participación del mayor número posible de personas. Recordemos a este propósito que el Sínodo Diocesano es una asamblea de presbíteros, diáconos, miembros de vida consagrada y laicos que ayudan al Obispo con el estudio y propuesta de soluciones sobre cuestiones que afectan al bien de la Comunidad Diocesana.

    El Sínodo es una expresión visible y plena de la comunión y de la corresponsabilidad de todos los fieles en la Diócesis.  Por ello, la participación de los fieles en los trabajos sinodales es una condición esencial e indispensable de la Sinodalidad.

    Todos participarán del Sínodo, pero no todos lo harán de la misma manera. Como criterio básico de participación seguiremos las indicaciones del Comisión Teológica Internacional: que coloca la misma en la lógica de “todos”, “algunos” y “uno”:

    “La participación de “todos” se activa a través de la consulta en el proceso de preparación del Sínodo, con el fin de reunir todas las voces que son expresión del Pueblo de Dios en la Iglesia particular. Los participantes en las asambleas y sínodos, por elección o por nombramiento episcopal, son los llamados “algunos”, a quienes se les confía la tarea de celebrar el Sínodo Diocesano. Es esencial que en su conjunto, los sinodales ofrezcan una imagen significativa y equilibrada de la Iglesia particular, reflejando la diversidad de vocaciones, de ministerios, de carismas, de competencias, de extracción social y de proveniencia geográfica. El Obispo, sucesor de los Apóstoles y Pastor de su grey, que convoca y preside el Sínodo de la Iglesia particular, está llamado a ejercer el ministerio de la unidad y de guía con la autoridad que le es propia.” (79)

    Por lo cual en el Sínodo de la Diócesis de Caguas todos los fieles serán convocados a participar:

    1. Con la oración, conversión personal y compromiso apostólico, tanto individual como de manera comunitaria.
    2.  Integrándose en las comunidades o grupos sinodales para el estudio, la reflexión personal, el discernimiento, la puesta en común, el diálogo y la formulación de propuestas en relación con las materias del Sínodo.

    Según el itinerario establecido, los trabajos sinodales deben partir del conocimiento de nuestra realidad, logrado mediante laconsulta sobre la situación de la Diócesis.

    El lugar preferente para la constitución de las comunidades o grupos sinodales ha de ser el marco común de la parroquia, de manera que reflejen más fácilmente la diversidad de situaciones humanas y de pluralidad de actividades, servicios, funciones y apostolados dentro de la unidad. 

    Sin embargo, también pueden formar comunidades o grupos sinodales en todas aquellas instituciones y asociaciones eclesiales legalmente constituidas. Todas las comunidades o grupos harán llegar sus propuestas a las distintas comisiones que, a su vez, las someterán al examen y aprobación de los miembros de la comisión preparatoria del sínodo.  De aquí saldrán las aportaciones que llegarán a la Asamblea Sinodal.

    Esto nos ayudará a recuperar la tradición de nuestra Diócesis probada y admitida del dialogo y discernimiento comunitario.

    La metodología con la cual se desarrollará la dinámica Sinodal será la participativa y el método que asumiremos a nivel General será el de Ver, Juzgar, Actuar, Revisar y Celebrar

    En la experiencia del Sínodo habrá un momento en el cual se emitirá un voto por parte de los participantes. Este voto tiene carácter consultivo y no deliberativo según la naturaleza propia de la Iglesia, la Comisión Teológica Internacional nos dice al respecto:

    “La distinción entre voto deliberativo y voto consultivo no debe llevar a una infravaloración del parecer y de los votos emitidos en las diversas asambleas sinodales y en los diversos consejos. La expresión votum tantum consultivum, para designar el peso de las valoraciones y de las propuestas presentadas en estas sedes, resulta inadecuada si se la entiende según la mens del derecho civil en sus diversas expresiones.

    En efecto, la consulta expresada en las asambleas sinodales es cualificada de manera diversa, porque los miembros del Pueblo de Dios que participan en ellas responden a la convocación del Señor, escuchan comunitariamente lo que el Espíritu dice a la Iglesia a través de la Palabra de Dios que resuena en la actualidad, e interpretan los signos de los tiempos con los ojos de la fe. En la Iglesia sinodal toda la comunidad, en la libre y rica diversidad de sus miembros, es convocada para orar, escuchar, analizar, dialogar, discernir y aconsejar para que se tomen las decisiones pastorales más conformes con la voluntad de Dios. Para llegar a formular las propias decisiones, los Pastores deben escuchar entonces con atención los deseos (vota) de los fieles. El derecho canónico prevé que, en casos específicos, deban actuar sólo después de haber solicitado y obtenido los diversos pareceres según las formalidades jurídicamente determinadas.” (68)

    1.  Naturaleza y finalidad del Sínodo

    NATURALEZA

    1.- El Sínodo Diocesano es una asamblea de sacerdotes y de otros fieles -miembros de Institutos de Vida Consagrada, Sociedades de Vida Apostólica, Laicos asociados y no asociados- escogidos por el Obispo de entre los miembros de esta Iglesia particular, para prestarle ayuda en su oficio como Pastor de la Diócesis en bien de toda la comunidad diocesana (cf. Instrucción sobre los Sínodos Diocesanos, año 1997).

    2.- Corresponde al Obispo convocar el Sínodo cuando, a su juicio, lo aconsejen las circunstancias, después de oír a los Consejos Presbiteral y Pastoral (cf.  CC. 461 § 1, 462 § 1 y Eclesiales Sancta, III, nº 20).

    3.- El Sínodo es presidido por el Obispo, quien puede delegar esta función para cada una de las sesiones en el Vicario General o en un Vicario Episcopal (cf.  c.462 § 2).

    4.- Serán convocados como miembros del Sínodo, con el derecho y el deber de participar en el mismo, aquellas personas que determina el c. 463 y cuantas, en aplicación de lo dispuesto en el mismo canon, sean designadas, a tenor de lo que se establezca en el Reglamento del Sínodo Diocesano.

    5.- El Obispo diocesano es el único legislador en el sínodo diocesano, y los demás miembros de éste tienen sólo voto consultivo; únicamente él suscribe las declaraciones y decretos del sínodo, que pueden publicarse sólo en virtud de su autoridad (c. 466).  Todos sus miembros deben cooperar unánimemente, conforme a sus carismas y servicios, en este proyecto común.

    6.- El Obispo diocesano ha de trasladar el texto de las declaraciones y decretos sinodales al Metropolitano y a la Conferencia Episcopal (c. 467).

    7.- Compete al Obispo diocesano, según su prudente juicio, suspender y aun disolver el sínodo diocesano (c. 468 § 1).  Si queda vacante o impedida la sede episcopal, el sínodo diocesano se interrumpe de propio derecho, hasta que el nuevo Obispo diocesano decrete su continuación o lo declare concluido (c. 468 § 2).

    FINALIDAD

    8.- El Sínodo Diocesano de la Diócesis de Caguas, partiendo del conocimiento y evaluación de la situación real de nuestra Iglesia particular, tiene como finalidad general:

    1. Impulsar la renovación pastoral de la misma a la luz del Evangelio, del Concilio Vaticano II y de las enseñanzas actuales del Magisterio Eclesial, estableciendo orientaciones pastorales adecuadas a nuestra situación.
    2. Fomentar la experiencia de comunión y corresponsabilidad en la Iglesia particular.
    3. Fortalecer la fe y la vida cristiana de los fieles e implicar a nuestra Diócesis en esta nueva etapa evangelizadora y misionera, de modo que el anuncio de Cristo llegue a las personas, modele las comunidades e incida profundamente, mediante el testimonio de los valores evangélicos, en la sociedad y en la cultura.

    9.- Para conseguir los fines descritos en el número anterior, se debatirán y profundizarán los temas sinodales determinados por el Obispo, una vez consultado el Pueblo de Dios y escuchado el Consejo Presbiteral, y demás entidades que el Obispo considere oportuno.

    10.- Para mejor conseguir los fines del Sínodo Diocesano se han de emplear los siguientes medios:

    1. Oración, conversión y compromiso cristiano, tanto personal como comunitario.  Siendo el Sínodo un acontecimiento de fe es necesario confiarlo especialmente a la oración individual y comunitaria, privada y pública de los fieles.
    2. Participación en los trabajos sinodales en la forma correspondiente a cada una de las fases.  Todos los fieles tienen el derecho y el deber de integrarse en las diferentes fases sinodales conforme a lo establecido en el presente documento.
    3. La recepción de las directrices del Sínodo en la vida diocesana.
    1. FASES DEL PROCESO SINODAL

    11.- El proceso del Sínodo Diocesano se desarrollará en las siguientes fases:

    FASE MOTIVACIONAL:  SENSIBILIZACIÓN

    1. Hecha la convocatoria por el Obispo, se inician las acciones oportunas para la elaboración del Estatuto General del Sínodo, constitución de los organismos oportunos y la presentación a todo el Pueblo de Dios del acontecimiento sinodal, sensibilizándolo e invitándolo a participar.
    2. Se presentarán diversas catequesis sobre en que consiste el sínodo y la importancia que este tiene para nuestra Iglesia Diocesana. Para ello nos apoyaremos en el tiempo litúrgico, como vehículo para dar a conocer el camino del sínodo.

    Fase Preparatoria.

    1. Además, se hace una consulta a todos los fieles para mejor conocer nuestra realidad y sobre las posibles materias que podrían ser objeto de estudio por parte del Sínodo.
    2. A la vista de los resultados de esta consulta, el Obispo determina los temas de estudio en conformidad con lo establecido y votado por el consejo de presidencia. Designa también las necesarias Comisiones que elaborarán los instrumentos de trabajo sobre los temas aprobados.

    FASE PREPARATORIA: REFLEXIÓN Y TRABAJO EN COMUNIDADES Y GRUPOS SINODALES[4] (ESCUCHAR)

    1. Se inicia con el trabajo en las comunidades y/o grupos sinodales. Su composición y funcionamiento, se regula en el Reglamento del Sínodo Diocesano.
    2. Las comunidades o grupos sinodales estudiarán en común los instrumentos de trabajo hasta alcanzar la formulación de propuestas sobre los mismos.  Todo ello habrá de hacerse en clima de oración y diálogo, con el oportuno estudio y reflexión personal sobre estos temas. 
    3. Las aportaciones y propuestas de estas comunidades y grupos sinodales se entregarán a secretaria que, con su Equipo, y la ayuda de la Comisión Preparatoria si fuera necesaria, reelaborará el correspondiente documento de trabajo que posteriormente se presentará a las Asambleas por Zonas. (El trabajo será iluminado por el magisterio) JUZGAR.
    4. La constitución y forma de celebración de estas asambleas se determinarán en el Reglamento del Sínodo Diocesano.

    ASAMBLEA SINODAL

    1. Con las aportaciones de las comunidades y grupos sinodales que sean asumidas y aprobadas por las asambleas, cada Comisión del Sínodo redactará un nuevo instrumento de trabajo con las propuestas definitivas que serán sometidas a la deliberación y aprobación de los miembros de la Asamblea Sinodal para su posterior presentación al Obispo.
    • La constitución y forma de celebración de la Asamblea se determinará en Reglamento del Sínodo Diocesano.
    1. Órganos de gobierno y de coordinación del proceso Sinodal

    12.- Para el gobierno y coordinación del proceso sinodal se constituyen los siguientes órganos:  EL CONSEJO DE PRESIDENCIA; COMISION PREPARATORIA; LA SECRETARÍA GENERAL DEL SÍNODO; LA COMISIÓN JURÍDICA, LA COMISIÓN ECONÓMICA, LAS COMISIONES TÉCNICAS.

    13. CONSEJO DE PRESIDENCIA. Coopera con el Obispo en el ejercicio de las funciones propias de su oficio de Presidencia del Sínodo. Estas funciones son las siguientes:

    1. Aprobar el Reglamento General del Sínodo y otros Reglamentos específicos que puedan ser necesarios o convenientes, así como la interpretación autorizada de los mismos y, en su caso, cualquier modificación.
    2. Aprobar la constitución de Comisiones, su funcionamiento y competencias.
    3. Estudiar las cuestiones relativas al desarrollo del Sínodo que estime oportunas y tomar las decisiones correspondientes.
    4. Señalar y encomendar a la Secretaría General los asuntos pertinentes.
    5. Constituir otros órganos o comisiones no previstos en los Estatutos, bien por iniciativa propia o bien a propuesta de la Secretaría General del Sínodo.
    6. Velar por que todo el desarrollo del Sínodo se realice según el sentir de la Iglesia y no se introduzca ningún elemento que contradiga la fe o disciplina de la Iglesia o que no sea competencia de un Sínodo Diocesano.
    7. Aprobar los instrumentos de trabajo para las diversas etapas del proceso sinodal.
    8. Esto lo realizará en coordinación con el Obispo y el Secretario General.

    14. EL CONSEJO DE PRESIDENCIA, presidido por el Obispo, estará integrado por los siguientes miembros:

    1. El Coordinador General- P. Carlos Javier Vázquez Rivera
    2. El Vicario General- P. Antonio Cartagena Veguilla
    3. El Vicario de Pastoral y Secretario General del Sínodo- P. Jorge Cardona
    4. El Secretario del Obispo- P. Ricardo Santin
    5. El Ayu dante de Secretaría General- Diacono José Santiago
    6. Un Sacerdote del Consejo Presbiteral- P. Miguel Claudio Galarza
    7. Dos Seglares elegidos por la Comisión Diocesana de Evangelización.
    8. Un Religioso/a.- Hna. Margarita Fagot
    9. Alguna otra persona que, a su juicio, pueda designar el Obispo.

    15. COMISION PREPARATORIA: Se trata de un grupo representativo de los diversos grupos de la vida eclesial, que participan en el diseño, realización y animación de todo el proceso del sínodo. Permite que el proceso se de en un espíritu de participación y comunión que acompañará todo el camino que se va a recorrer. En el están presentes, además de los miembros del Consejo de Presidencia, los Coordinares de las distintas áreas de Servicio para el Sínodo Diocesano: Animación Litúrgica, Animación Pastoral, Medios de Comunicación, Presidentes de Zona, Economía, Teología, etc. Esta comisión es convocada por el Obispo conforme las necesidades que vaya teniendo el proceso Sinodal.

    16. LA COMISIÓN SINODAL- COORDINADORA DE PONENCIAS es un órgano de programación y coordinación de la actividad sinodal, con las siguientes atribuciones:

    1. Estudiar las funciones que corresponden a las Comisiones de Ponencia y establecer el procedimiento de trabajo de estas.
    2. Establecer los esquemas básicos que necesariamente se han de tener en cuenta para elaborar las ponencias del Sínodo Diocesano.
    3. Delimitar los contenidos propios de cada ponencia en función del tema correspondiente.
    4. Coordinar el trabajo de las Comisiones de Ponencia, procurando -sobre todo- la armonía y complementariedad entre los distintos temas, teniendo en cuenta las perspectivas teológica, pastoral y pedagógica y asumiendo, por tanto, las funciones de Comisión Teológica del Sínodo.
    5. Preparar la estructura básica de los documentos de trabajo para el estudio de los temas en los Grupos Sinodales, y dar el visto bueno al contenido y presentación de estos.
    6. Preparar el documento resumen para las Asambleas Zonales.
    7. Analizar el documento de cada Ponencia que se vaya preparando con las propuestas de los grupos y ofrecerle las sugerencias que fueren oportunas, así como dar el visto bueno al documento de Ponencia que se presentará a la Asamblea Sinodal.
    8.  Presentar sus conclusiones al Consejo de Presidencia para su aprobación y envío a los miembros de la Asamblea Sinodal.

    Integran la Comisión Sinodal Coordinadora de Ponencias los presidentes de las Comisiones de Ponencia nombrados por el Obispo.

    17. COMISIONES TECNICAS.  Una vez determinados por el Obispo los temas que van a proponerse a la consideración de la Asamblea Sinodal, se constituirá una Comisión Técnica por cada uno de los bloques de temas objeto de reflexión.  Cada Comisión Técnica estará integrada por un Relator que la preside, nombrado por el Obispo, un Perito experto en la materia, el Secretario General del Sínodo que actúa como secretario de la Comisión Técnica y un número de miembros propuestos por dicho Relator y aprobados por el Consejo de Presidencia.

    18. Corresponde a cada Comisión Técnica:

    1. Elaborar los instrumentos de trabajo para las comunidades y grupos sinodales, presentándolos previamente al estudio de la Secretaría General del Sínodo para su revisión y unificación pedagógica y posterior aprobación del Consejo de Presidencia.
    2. Ayudar a confeccionar, si es necesario, los instrumentos de trabajo para las asambleas zonales, teniendo en cuenta las aportaciones de las comunidades y grupos sinodales.
    3. Redactar los instrumentos de trabajo para que se debatan y voten en la Asamblea Sinodal, teniendo en cuenta las aportaciones de las asambleas zonales, y presentarlos para su aprobación al Consejo de Presidencia.
    4. La presentación de las ponencias en la Asamblea Sinodal y en la sesión final del Sínodo corresponde a los relatores o, si así lo aconsejaran las circunstancias, a un miembro de la Comisión que el Obispo designe.

    LA COORDINACION GENERAL DEL SÍNODO

    19. El coordinador general del Sínodo es el encargado de constituir, coordinar y articular el trabajo de las distintas comisiones previstas para el Sínodo. 

    Entre sus funciones está:

    1. Supervisar los planes de trabajo de cada comisión.
    2. Articular el trabajo realizado por las distintas comisiones sinodales.
    3. Facilitar la comunicación entre los coordinadores de las comisiones.
    4. Convocar a las reuniones generales con los coordinadores de las distintas comisiones del Sínodo.
    5. Aprobar junto con secretaria general los instrumentos de trabajo del sínodo en sus diversas etapas.
    6. Estructurar el organigrama de las comisiones.
    7. Preparar el calendario de encuentros con la Comisión Preparatoria.
    8. Preparar la agenda de los encuentros.
    9. Acompañar junto a la Comisión Económica las solicitudes de los proyectos de financiamiento.
    10. Supervisar y velar por el cumplimiento de las funciones y responsabilidades asumidas  por  las  distintas  comisiones  estratégicas.
    11. Tomar  las  decisiones  pertinentes  frente  a  lo  imprevisto.
    12. Evaluar  diariamente  el  trabajo  realizado.

    LA SECRETARÍA GENERAL DEL SÍNODO

    20.- La Secretaría General del Sínodo es el órgano encargado de promover y coordinar la actividad sinodal en los aspectos técnicos y organizativos, de acuerdo con las directrices del Consejo de Presidencia y en Dialogo con el Obispo y el Coordinador General.  Puede incorporar como colaboradoras a las personas que estime oportunas para el cumplimiento de sus funciones.

    Presidida por el Obispo, forman parte de esta:

    1. Coordinador General del Sínodo.
    2. El Secretario General del Sínodo.
    3. Otros miembros de libre designación por parte del Obispo.

    21. La Secretaría General asumirá las siguientes funciones:

    1. Impulsar, orientar y coordinar todas las tareas del Sínodo Diocesano. 
    2. Conforma, en consecuencia, el órgano encargado de promover y armonizar toda la actividad sinodal en los aspectos de programación de actividades, elaboración de materiales y documentos, así como de previsión de las diversas facetas organizativas, que en cada momento vaya reclamando el desarrollo de las etapas del Sínodo Diocesano.
    3. Ayudar al Obispo, al Consejo de Presidencia y a las comisiones técnicas a conseguir los objetivos previstos en sus acciones, procurándoles en cada ocasión y en la medida de lo posible, aquellas personas, materiales o instrumentos que considere más aptos para alcanzar sus fines.
    4. Redactar las propuestas de programación de actividades, constitución de organismos, incorporación de personas y adquisición de medios y presentarlas a la consideración, análisis y aprobación del Obispo y del Consejo de Presidencia.
    5. Informar al Obispo y al Consejo de Presidencia sobre el desarrollo eficaz de las actividades programadas, así como de los obstáculos que pudieran impedir o retrasar el llevarlas a cabo satisfactoriamente.
    6. Proponer al Obispo y a los organismos a quienes está encomendado el desarrollo y coordinación del proceso sinodal la incorporación de personas colaboradoras, así como cualquier modificación o iniciativa que se estime conveniente en orden a conseguir más eficazmente los objetivos programados.
    7. Preparar y distribuir los materiales necesarios para el adecuado desarrollo del proceso sinodal a todas las personas que integren los diversos organismos y grupos que se irán creando a lo largo del proceso sinodal.
    8. Revisar la elaboración y contenidos de los instrumentos de trabajo que haya de estudiarse en las comunidades y grupos sinodales, en las asambleas zonales y en la Asamblea Sinodal.
    9. Preparar o encargar a quién estime conveniente, guiones litúrgicos, sugerencias homiléticas, preces, oraciones, catequesis y guiones, tanto para encomendar al Señor o dar a conocer a los fieles los distintos momentos y etapas del proceso sinodal, como para llevar a cabo las celebraciones más solemnes de la Asamblea Sinodal. Esta labor la realizara en conjunto con la Animación Litúrgica.
    10. Delimitar conjuntamente los contenidos propios de cada Comisión Técnica en función del tema que corresponda.
    11. Establecer los esquemas básicos que han de tenerse en cuenta para elaborar los instrumentos de trabajo de las comunidades y grupos sinodales y de cada una de las ponencias en las sesiones del Sínodo Diocesano.
    12. Coordinar el trabajo de las comisiones técnicas, procurando la armonía y complementariedad de sus tareas, atendiendo en ellas a las perspectivas teológica, pastoral y pedagógica.
    13. Presentar al Consejo de Presidencia para su aprobación el borrador de instrumentos, conclusiones y propuestas sinodales, que vayan a enviarse a los miembros de la Asamblea Sinodal.
    14. Promover la difusión de las noticias sinodales, en colaboración con los demás órganos competentes.
    15. Colaborar en la redacción de la memoria final del Sínodo y en otras funciones encomendadas.

    22.- Son funciones propias del Secretario General del Sínodo:

    1. Llevar registro de las comunidades y grupos sinodales y tener actualizadas las direcciones de los miembros responsables de los mismos, de los que forman parte del Consejo de Presidencia y de los miembros con derecho de asistencia a la Asamblea Sinodal.
    2. Organizar y mantener al día el Archivo Sinodal:  las actas de las reuniones de las distintas sesiones preparatorias, los instrumentos de trabajo de las comisiones técnicas, el Estatuto General del Sínodo, los reglamentos, los diversos materiales propagandísticos o catequéticos utilizados en cada fase, las propuestas recibidas de cada una de las comunidades y de las asambleas zonales y las actas de las sesiones de la Asamblea Sinodal, así como sus proposiciones finales.
    3. Cursar las convocatorias, previa consulta al Obispo, para las reuniones del Consejo de Presidencia, de la Secretaría General del Sínodo y de las comisiones técnicas, así como levantar acta de lo tratado en las mismas.
    4. Enviar las correspondientes convocatorias del Obispo a los miembros de la Asamblea Sinodal para las celebraciones de las sesiones sinodales; preparar y distribuir los documentos y materiales necesarios para su celebración y levantar acta de estas sesiones.
    5. Mantener relación con la Cancillería del Obispado y la Comisión Económica para cuanto se refiere a la compulsa, archivo de documentos y a la justificación de ingresos y gastos producidos por su gestión en el proceso sinodal.

    23.- Reuniones, vacantes y acuerdos de la Secretaría General del Sínodo.

    1. La Secretaría General del Sínodo se reunirá en sesión ordinaria una vez al mes y en sesión extraordinaria siempre que lo pida el Obispo o el Consejo de Presidencia, o bien lo reclamen ante el Obispo dos tercios de los componentes.
    2. Los miembros de la Secretaría General del Sínodo cesan en su encargo:
      1. Por defecto de la condición por la que fueron designados.
      1. Por renuncia justificada y aceptada por el Obispo.
      1. Por tres ausencias reiteradas sin justificar.
      1. Por incurrir en sanción canónica pública, impuesta o declarada.
      1. Cuando se produzca una vacante, el Obispo, oído el Consejo de Presidencia, arbitrará en cada caso la forma de cubrirla.
    3. La Secretaría General del Sínodo tomará sus acuerdos por mayoría absoluta.  En caso de excesiva dispersión de opiniones, será preferible continuar con las deliberaciones hasta llegar a un mayor consenso y, en caso de necesidad, se votará después conforme a lo establecido en el c.  119.

    LA COMISIÓN ECONÓMICA

    24.- La Comisión Económica está formada por:

    • El Vicario de Administración.
    • Contador Autorizado.
    • Otros miembros.

    A la Comisión Económica le corresponden las siguientes funciones:

    1. Promover la obtención de fondos en la forma que se establezca.
    2. Recibir las distintas aportaciones y administrarlas correctamente.
    3. Consignar las entradas y las salidas de estas dando cuenta de todo a los

    organismos competentes.

    LA COMISIÓN JURÍDICA

    25.- La Comisión Jurídica está formada por tres miembros competentes en la materia, nombrados por el Obispo.

    A la Comisión Jurídica le corresponden las siguientes funciones:

    1. Redactar el Estatuto General del Sínodo, otros reglamentos o normativas que regulen el desarrollo armónico de las diferentes etapas sinodales y presentarlos a la aprobación de los organismos correspondientes.
    2. Velar por el cumplimiento de la normativa vigente relativa a la celebración del Sínodo.
    3. Asesorar en aquellas cuestiones que el Obispo o los distintos organismos sinodales le sometan.
    4. Asesorar al Obispo en la interpretación de la legislación relativa al Sínodo Diocesano.

    LA COMISIÓN TEOLÓGICA

    26. Corresponde a la Comisión teológica supervisar, complementar, corregir y armonizar, en lo que fuera preciso, toda la documentación del proceso sinodal de modo que responda a la doctrina y magisterio de la Iglesia.

    LA COMISIÓN DE ANIMACIÓN PASTORAL

    27. Corresponde a la Comisión de animación pastoral:

    1. Motivar a los organismos diocesanos para que tengan presente la celebración del Sínodo en sus actividades.
    2. Realizar iniciativas de animación y sensibilización para la participación de todo el Pueblo de Dios en el proceso sinodal, en coordinación con las delegaciones diocesanas y agentes de pastoral correspondientes.
    3. Participar activamente en los encuentros zonales sinodales, si los hubiere, en coordinación con el presidente de la zona.
    4. Convocar encuentros o actividades para niños y adolescentes con la temática sinodal para recoger sus sugerencias y propuestas.
    5.  Procurar la participación de los jóvenes cristianos en el Sínodo.
    6.  Promover la elaboración de materiales catequéticos y unidades didácticas sobre las diversas etapas y temas sinodales.

    LA COMISIÓN LITÚRGICA

    28. Corresponde a la Comisión de liturgia:

    1. Preparar las celebraciones litúrgicas con motivo del Sínodo.
    2. Elaborar los diversos formularios oficiales de oración por el Sínodo y otros   subsidios litúrgicos.
    3. Animar los espacios o momentos de oración en las distintas etapas del proceso sinodal.

    LA COMISIÓN DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN

    29. Corresponde a la Comisión de medios de comunicación:

    1. Informar a la comunidad diocesana sobre las etapas del Sínodo y editar materiales para promover la participación de todo el Pueblo de Dios en el mismo.
    2. Determinar las fórmulas de transmisión de la comunicación a la opinión pública, así como servir de enlace con los medios de comunicación.
    3. Corregir, si fuera necesario, la redacción y el estilo de los materiales que se publiquen.
    4. Crear una imagen corporativa para las publicaciones del Sínodo y la cartelería exterior.

    REGLAMENTO DE LAS COMUNIDADES Y GRUPOS SINODALES

    Preámbulo

    El Sínodo de la Iglesia diocesana de Caguas tiene como finalidad general revitalizar la fe y la vida cristiana de todos los fieles a la luz del Evangelio, de las enseñanzas del Concilio Vaticano II y de los últimos pontífices, especialmente del papa Francisco.

    Tiene, además, como finalidad concreta discernir los desafíos pastorales, buscar juntos los caminos que debe recorrer en la misión y, en una actitud de escucha al Espíritu, cooperar activamente en el acto de tomar las decisiones pastorales oportunas (cf.  CTI., La sinodalidad…, 78).

    Para cumplir esta finalidad es necesario procurar la participación de todos los fieles de la diócesis en el proceso sinodal.  Con este fin se establece el siguiente reglamento para las comunidades sinodales de acuerdo con el número 11 del Reglamento general del sínodo:

    Capítulo   I:   Naturaleza   y   finalidad   de   las Comunidades y grupos sinodales.

    Art.  1.  Las comunidades y grupos sinodales están compuestas por cristianos bautizados en la Iglesia católica, que se podrán constituir en las parroquias o en otros ámbitos eclesiales.

    Art.  2.  Su finalidad es cooperar activamente con el obispo en la búsqueda de los caminos que la diócesis debe recorrer en su misión evangelizadora.  Estas comunidades y grupos propondrán reflexiones e iniciativas pastorales para renovar la iglesia diocesana y mejorar su acción evangelizadora; actuarán siempre en un clima de fe, oración, diálogo y discernimiento comunitario.

    Art.  3.  Contarán con un moderador, un secretario y un asesor (presbítero, diacono, religiosa o laico competente designado por el párroco o equipo pastoral); además trabajarán con la metodología común que marca este reglamento.

    Art.  4.  Corresponde a las comunidades y grupos sinodales:

    a)  Estudiar los documentos y cuadernos de trabajo sobre los temas que se propongan.

    b) Formular las reflexiones y propuestas pastorales que serán enviadas a la Secretaría general del sínodo para que, una vez valoradas por las mesas de ponencia, puedan ser votadas en la asamblea sinodal.

    c)  Elegir a los miembros de la comunidad o grupo que han de participar con voz y voto en la asamblea sinodal, según determine el reglamento de ésta.

    Cap. II. Constitución de las comunidades y grupos sinodales

    Art.  5.  Pueden constituirse comunidades y/o grupos sinodales en las parroquias y demás instituciones o movimientos eclesiales legalmente constituidas y presentes en el ámbito diocesano.

    Art.  6. 

    § 1.  Cada comunidad o grupo sinodal, tendrá un nombre propio, rellenará una ficha de inscripción en la que constará la parroquia, institución o movimiento en que se constituye la comunidad o grupo, así como el nombre, apellidos, edad, domicilio y teléfono de cada uno de sus miembros.  Así mismo, debe constar también el nombre del coordinador, del secretario y del asesor.

    § 2.  Un ejemplar de la ficha de inscripción quedará en poder del coordinador, otro se entregará al párroco o, en su caso, al responsable de la institución o movimiento eclesial, y un tercer ejemplar se remitirá a la Secretaría general del sínodo.

    Cap.    III. Miembros de las comunidades o grupos sinodales parroquiales

    Art.  7.  Podrán participar activamente en las comunidades y grupos sinodales parroquiales los presbíteros, miembros de la vida consagrada, sociedades de vida apostólica y fieles laicos que hayan cumplido dieciséis años, a no ser que, por justa causa, el párroco considere admisible una excepción.

    Art.  8.  Las comunidades y/o sinodales estarán integrados por un número de miembros, que permita el diálogo y la participación de todos ellos en la reunión común; este número podrá oscilar entre siete y quince personas, según las circunstancias.

    Art.  9. 

    § 1 De forma plena, es decir, con voz y voto, sólo se puede formar parte de una sola comunidad o  de un solo grupo sinodal; si bien, cuando la situación lo aconseje, una misma persona puede acompañar como coordinador, secretario o asesor religioso a varios grupos.

    § 2 Los miembros de cada comunidad o grupo sinodal inscritos en la ficha correspondiente dejarán de pertenecer al mismo por decisión propia comunicada al moderador y al párroco, o por falta de asistencia no justificada a tres reuniones consecutivas.

    Del coordinador

    Art.  10.  Cada Comunidad o grupo sinodal elegirá un coordinador en la primera reunión o sesión constitutiva.  Sus funciones son convocar las reuniones, favorecer el diálogo y coordinar el trabajo del grupo.

    Del   secretario

    Art.  11.  En la sesión constitutiva se elegirá un secretario.  Sus funciones son levantar acta de los acuerdos y redactar las reflexiones y propuestas pastorales del grupo.

    Art.  12.  Tanto  para  la  elección  del  coordinador  como  del  secretario  de la comunidad  o grupo se  procederá  según  el  canon  119  del  Código  de  Derecho  Canónico,  es  decir, hallándose presente el párroco y la mayoría de los miembros de la comunidad o grupo debidamente  convocados,  se  les  elegirá  por  mayoría  absoluta  de  los  presentes; después  de  dos  escrutinios  ineficaces,  se  hará  la  votación  sobre  los  dos  candidatos que  hayan  obtenido  mayor  número  de  votos  o,  si  son  más,  sobre  los  dos  de  más edad;  después  del  tercer  escrutinio,  si  persiste  el  empate,  queda  elegido  el  de  más edad.

    Art.  13.  Además, el coordinador y el secretario de las comunidades y sinodales mantendrán las relaciones oportunas con el párroco propio y con la comisión sinodal parroquial, si la hubiere.

    Del asesor religioso

    Art.  14. 

    § 1.  Cada comunidad o grupo sinodal deberá tener un asesor religioso (o laico competente), cuya misión es ayudar a la mejor comprensión de los temas sinodales, mediante la oportuna aclaración de los aspectos bíblicos, magisteriales, teológicos y pastorales.

    § 2.  La función de asesor religioso corresponde al párroco en las comunidades y/o sinodales constituidos en el ámbito parroquial.  También podrá ser otro sacerdote, diácono, consagrado o fiel laico, designado por el mismo párroco.

    Cap. IV. Función del párroco

    Art.  15.  Corresponde al párroco promover la constitución de las comunidades  y/o sinodales parroquiales necesarios para la participación de todos los fieles que lo deseen.  Así mismo, el párroco deberá enviar a la Secretaría general del sínodo una copia de la ficha de inscripción de las comunidades y/o grupos para que sean reconocidos como sinodales.

    Art.  16.  El párroco es el coordinador general y asesor religioso de todas las comunidades y/o sinodales constituidos en las parroquias que sirve pastoralmente.

    Art.  17.  En cada parroquia se podrá constituir oportunamente una comisión sinodal parroquial para ayudar al párroco en la tarea de animar y coordinar los trabajos sinodales.  Esta comisión podrá estar formada por algún miembro del consejo parroquial de pastoral o, en su defecto, por representantes de los diversos grupos parroquiales.

    Art.  18.  Se aconseja al párroco que, teniendo en cuenta el parecer de la comisión sinodal parroquial y de las propias comunidades y/o grupos programe también actividades conjuntas:  celebraciones litúrgicas, actos de oración, examen de las propuestas acordadas, etc. 

    Cap. V. Las comunidades o grupos sinodales no parroquiales

    Art.  19.  Las comunidades y/o grupos sinodales no parroquiales:

    § 1.  Se podrán constituir comunidades o grupos sinodales en la zona, delegaciones, movimientos laicales, asociaciones católicas, colegios católicos, comunidades religiosas, y en cualquier otro organismo o entidad diocesana.

    § 2.  Estas comunidades o grupos se inscribirán en la Secretaría general del sínodo para que sean reconocidos como comunidades o grupos sinodales, y dependerán directamente de ella.

    § 3.  En todo lo demás se regirán por las normas generales de las comunidades y grupos sinodales parroquiales.

    § 4.  Los presbíteros podrán formar comunidades o grupos sinodales específicos.

    Capítulo VI: Desarrollo de las reuniones

    Art.  20.  Cada comunidad o grupo sinodal se reunirá cuando lo considere necesario para trabajar los temas de estudio del Sínodo; para ello las parroquias u otros organismos eclesiales pondrán a su disposición los locales y medios necesarios.

    Art.  21.  Los documentos o cuadernos de trabajo serán entregados a todos los miembros de la comunidad o grupo sinodal para el estudio personal antes de cada reunión de la comunidad o grupo.

    Art.  22.  El desarrollo de una reunión de la comunidad o grupo podrá ajustarse al siguiente orden:

    1. Oración inicial, dirigida por el coordinador o por otro miembro de la comunidad o grupo.
      1. El secretario realizará un acta de lo tratado en la reunión anterior y hará lectura de los acuerdos tomados en la misma.
      1. El coordinador hará la presentación del tema de la reunión.
      1. El asesor religioso podrá hacer alguna aclaración previa, si la materia a tratar tuviera alguna dificultad para la comunidad.
      1. Se formularán las reflexiones oportunas y se votarán las propuestas pastorales concretas en un clima diálogo eclesial.
      1. Se concretará el tema y la fecha para la próxima reunión.
      1. Oración final, que podrá incluir la oración oficial por el sínodo.

    Art.  23.  Las reflexiones deben formularse con claridad y las propuestas pastorales serán operativas y concretas, de forma tal que recojan un solo tema o aspecto de este.  Serán siempre conformes a las normas de la Iglesia y se presentarán en las fichas preparadas a tal fin por la Secretaría general del sínodo.

    Art.  24.  Para votar las propuestas, se requiere que esté presente en la reunión la mayoría absoluta de los miembros de la comunidad o grupo. Las propuestas se aprobarán por el voto afirmativo de la mayoría absoluta de los miembros presentes (cf. C.I.C. c.119 § 2).

    Art.  25. 

    § 1.  El secretario de la comunidad o grupo sinodal entregará a la comisión sinodal parroquial, si la hubiere, o al párroco las propuestas aprobadas por su comunidad o grupo al finalizar el estudio de cada tema.

    § 2.  La comisión sinodal parroquial o el párroco enviarán las propuestas a la Secretaría general del sínodo tal y como se reciban.

    Capítulo VII. Disolución de la comunidad o grupo sinodal

    Art.  26. 

    § 1. Las comunidades y/o grupos sinodales se disolverán si el número de sus miembros fuese menor de tres.  En este caso, los miembros de la comunidad o grupo podrían unirse a otra previa información al párroco y a la secretaria general del sínodo.

    § 2.  Por razones graves, que dificulten el cumplimento de su finalidad propia, el párroco puede disolver la comunidad o grupo sinodal, previa consulta razonada a los miembros de esta.


    [1] Ver el documento de la Comisión Teologica Internacional sobre SInodalidad y Misión (2018)

    [2][2] Ver capitulo el Tema 15 de Medellín sobre la pastoral de conjunto y se encontrarán los elementos que iluminaron la Diócesis de Caguas en su proceso de gestación.

    [3] Un Desarrollo más específico sobre la historia e identidad de la Diócesis se realizará como parte de la experiencia del Sínodo.

    [4] Se entienden por comunidades y grupos aquellas instancias que, sean por sea por su naturalidad (lo ya existentes porque están constituidos) o que se creen, participan formalmente de esta experiencia sinodal. Lo que se busca es que no sea una experiencia cerrada sino abierta a distintas posibilidades.

  • María, Madre de la Iglesia, patrona de la Diócesis de Caguas

    La Diócesis de Caguas celebra con toda la Iglesia, el 6 de junio, a su Patrona María Madre de la Iglesia. Es la advocación que el Papa san Pablo VI proclamó al final del Concilio Vaticano II, en la entrega de la Constitución Lumen Gentium, cuyo capítulo final precisamente se dedica a María en el contexto del misterio de comunión de la Iglesia.

    En su discurso, san Pablo VI nos da las pistas para esta celebración, que recoge el icono de María Madre de la Iglesia, pintado magistralmente unos 25 años atrás por el entonces canciller diocesano, P. Daniel Cronin. Allí, una María de rostro trigueño y boricua, de mirada confiada, sostiene en abrazo maternal la barca de la Iglesia.

    En el mensaje del Papa se lee:

    “Para gloria de la Virgen y consuelo nuestro, proclamamos a María Madre de la Iglesia, es decir, Madre de todo el pueblo de Dios, así de los fieles como de los pastores que la llaman Madre amorosa, y queremos que de ahora en adelante sea honrada e invocada por todo el pueblo cristiano con este gratísimo título. [Ella es] …modelo de la plena asimilación de la doctrina de Cristo y de su caridad, para que todos los fieles… se sientan cada vez más firmes en la fe y en la adhesión a Cristo, y a la vez fervorosos en la caridad para con los hermanos, promoviendo el amor a los pobres, la adhesión a la justicia, la defensa de la paz…”. Y concluía san Pablo VI con esta oración:

    Protege y asiste a los obispos en su misión apostólica, y a todos aquellos, sacerdotes, religiosos y seglares, que con ellos colaboran en su arduo trabajo.Tú, que por tu mismo divino Hijo, en el momento de su muerte redentora, fuiste presentada como Madre al discípulo predilecto… acuérdate de todos tus hijos; presenta sus preces ante Dios; conserva sólida su fe; fortifica su esperanza; aumenta su caridad. Acuérdate de los que viven en la tribulación, en las necesidades, en los peligros, especialmente de los que sufren persecución y se encuentran en la cárcel por la fe. Para ellos, Virgen Santísima, solicita la fortaleza y acelera el ansiado día de su justa libertad. Mira con ojos benignos a nuestros hermanos separados, y dígnate unirlos, Tú, que has engendrado a Cristo, puente de unión entre Dios y los hombres. Templo de la luz sin sombra y sin mancha, intercede ante tu Hijo Unigénito, Mediador de nuestra reconciliación con el Padre, para que perdone todas nuestras faltas y aleje de nosotros toda discordia, dando a nuestros ánimos la alegría de amar… A tu Corazón Inmaculado encomendamos todo el género humano; condúcelo al conocimiento del único y verdadero Salvador, Cristo Jesús; aleja de él los males del pecado, concede a todo el mundo la paz en la verdad, en la justicia, en la libertad y en el amor…

    P. Feliciano Rodríguez

    Coordinador diocesano de comunicaciones

    Para El Visitante